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EXPERTO O IMPROVISADO


El significado de la palabra: “experto” significa “experimentado”; práctico, hábil, y se utiliza como sinónimo: “perito”, “especialista”, “competente”, etc., designando así, a la persona cuya labor es el resultado de una práctica prolongada que proporciona conocimientos o habilidad para hacer algo, diferente y totalmente opuesta de la información teórica, que se obtiene de leer algún libro, sin que se experimente y compruebe nada de lo que halle escrito en dicha obra. En el ámbito de la pericia, en general, resulta imprescindible y obligatorio que quienes realicen un trabajo como perito – sea cual sea la especialidad – hayan tenido la suficiente práctica en lo que han de dedicar como fuente de ingresos. En España, aquellos que están estudiando la especialidad de “Grafoscopía”, conforme algunos comentarios de personas de origen español, señalaban que una vez terminados sus estudios, el mentor sigue asesorando al estudiante, porque se percata que no es fácil realizar las observaciones apropiadas, cuando después de dos o tres meses de concluidos, su temario, diplomado, etc., quieren ejercer y, tienen tantas dudas sobre su análisis grafonómico, que prefieren trabajar en otra cosa, claro ésto sucede en aquellas personas cuya ética y alta moral es tal, que se dan cuenta de las grandes repercusiones de una faena que puede ser muy bien intencionada pero, que no obtiene datos concretos y comprobables, precisamente por su falta de experiencia. Ante tal circunstancia, los mismos maestros les aconsejan que sigan “ensayando”, intentando, probando, contrastando sus prácticas con un sin número de ejercicios, hasta que al elaborar un dictamen, estén convencidos de que ésa es la conclusión correcta. Esto viene a manera de exposición y razonamiento porque en algunas instituciones tanto académicas como laborales, aceptan que una persona sea considerado: “perito” a pesar de sólo tener unas horas de haber concluido sus estudios, lo que genera errores no sólo por la falta de experiencia obvia, sino que trasciende hacia la sociedad, si por ejemplo, un cajero paga un cheque porque “a simple vista” consideró que sí correspondía a la persona, cuando se trata de una falsificación, pero su desconocimiento sobre ése aspecto especializado, le induce a realizar una transacción que debería de quedar anulada por su ilegitimidad en detrimento del usuario que utiliza los servicios de una institución.

Mtra. Elsa J Zapata Castillo

Perito en Documentos cuestionados

lic.ejzc@gmail.com

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